Queridos, queridas;
Mi indignación radica hoy en cambio de comportamiento que han tenido diversas personas conmigo desde que visto tan de negro, me pongo cosas raras como cruces y cosas así... Pongamos los puntos sobre las íes y los rabitos sobre las eñes:
Los llamados "góticos" (yo tampoco me denominaría así, pero a grandes rasgos y bajo el entendimiento de la mirada general, vamos a englobar mi perfil estético dentro de esa definición) son, o somos, gente normal. Tanto andamos con las chorradas estas de la tolerancia, la integración y la diversidad, bla bla bla... y la gente te sigue mirando raro por la calle.
Dentro de mis experiencias en el género se encuentran tres sucesos dignos de escritura:
1. El día de Halloween, estabamos mi querida hermana y yo en la calle, esperando a que un colega nos pasara a buscar en su coche. Paró a nuestro lado un coche, del cual se bajó una niña pequeña... que nada más salir me miró y espetó: "Hola, bruja!" tras lo cual su agobiado padre salió corriendo y vino a decirme "Oye, perdona, es que le he contado a mi hija que hoy es el día de Halloween y que salen brujas y cosas así... me ha preguntado si tú eras una bruja y le he contestado que sí. Pero perdona, perdona, perdona... eh... perdona...".
2. Andaba yo a las 8 de la mañana camino de mi escuela, como un día más... un día gris más. Caminábamos únicamente por la calle una madre con un niño pequeño y yo.. el niño pequeño, al verme, salió corriendo y la madre, miróme con odio.
(Hasta aquí parece que sólo los niños me temen... pues con el tercer y último punto de esta enumeración, comprobaremos que no)
3. Montábame yo en el autobús urbano de Tuzsa (sin quedarme más remedio, la distancia que separa mi casa del teatro no me apetecía recorrerla andando. Tuve que, evidentemente, encontrarme con un conductor de autobús de Tuzsa) y sentóme en un asiento junto a una señora de unos cincuentaymuchos años. Dadas las pintas que llevaba (aunque tampoco demasiado exageradas, dentro de lo que suele ser mi vestimenta) y que además, gozaba de un día bastante satisfactorio, saludé a la señora con una sonrisa. "Buenas tardes" le dije al sentarme a su lado. La señora, de mirada cruel y envenenada, me miró con desprecio y... adivinen señoras qué hizo... sí... se levantó y se cambió de sitio! Quedóme yo con cien pares de narices en el sitio, e incluso, con cara de póker.
Bien... esas son las tres más evidentes, pero una se tiene que chupar una de comentarios... A ver, yo no sé como serán los cientos de miles de góticos que habrá en el mundo, pero por lo menos, y hablando desde mi perspectiva:
1. Por ser gótica, no me gusta la muerte. Si me gustara, en todo caso sería asesina, psicópata o con cualquier tipo de desviación mental... pero no gótica.
2. Por ser gótica, no practico rituales satánicos en mi casa todas las noches, sacrificando bebés y corazones de cordero. Eso lo hacen los satánicos.
3. Por ser gótica, no disfruto viendo sufrir. Que alguien me diga que disfruta viendo imágenes de Somalia con niños en los huesos... que no merecerá ni vivir.
4. Por ser gótica, no estoy todo el día triste y deseando morirme. En todo caso, sería suicida o emo, pero gótica no. Concibo la tristeza como base para la creatividad, como única fuente de arte verdadera, como eso que aprovechas cuando te llega voluntaria o involuntariamente. No me gusta que me ocurran desgracias para estar triste. Eso entra dentro de la normalidad, digo yo! Pero en caso de que me ocurran, al menos intento sacar algo de ellas. En vez de centrarme en la tristeza en sí misma, rozando la autocompasión, tomo la doble vertiente de por un lado, aprovechar creativamente mi desgracia, y por otro, sacar un par de cojones de donde no los tengo para afrontarla. No concibo la tristeza como algo estático, sino como algo dinámico que a veces está, y a veces no, sacando provecho de ambas situaciones.
5. Por ser gótica, no intento seguir un patrón para serlo cada día más. Si precisamente llevar una estética alternativa se puede considerar como un acto de rebelión contra lo establecido, ¿qué cojones hacemos siguiendo unas normas para ser de un determinado estilo? Si no quieres ser una persona como las demás, no seas una gótica como las demás.
6. Por ser gótica, no tengo un odio preestablecido hacia la religión católica, ni creo en el poder de Satán ni nada por el estilo. Me considero agnóstica porque me parecería hipócrita denominarme católica si a la hora de la verdad no cumplo ni la mitad de los preceptos que eso conllevaría. No creo en reglas establecidas en ninguna de las áreas de mi vida... y no pienso decir que soy algo que en realidad no soy. La cruz que llevo colgada en mi pecho desde hace determinados meses, está ahí por motivos distintos... es un símbolo de liberación personal, que ya sé yo por qué está.
Concibo el múndo gótico como algo meramente ESTÉTICO Y CREATIVO, nunca como un procedimiento bajo el cual definir mi vida, ni mis actos, ni mi enfoque ante las cosas. Si está tan de moda eso de tolerar... que al menos se aplique a todo. Hablemos de "personas".
Me dejo muchas cosas en el tintero, como siempre, pero a grandes rasgos... esto es. Y sí, me encantan las enumeraciones.
Que descansen...