martes, 5 de mayo de 2009

Odiando... NO PODER IR MÁS AL CIRCO, JODER!

Pues sí, señoras y señores, ha tocado mi visita anual Zaragozana al CIRCO RALUY.

Qué decir… hoy lo he visto más bonito que otras veces. Si por mi fuera lo dejaba todo por irme todo un verano a recorrer entera la costa catalana, viendo una y otra vez todo aquello, haciendo de lo fugaz mi eterno. Sigo teniendo una vergüenza tremenda de preguntarle al señor de azul y bigote su nombre (después de tres años sigo sin acordarme!), me ha hecho gracia ver a Sandro, que no me reconocía de luto, y a “Luisito” Raluy, al que he jurado y perjurado cuando acabe en la Escuela, haré las prácticas con ellos… “¡Para lo que haga falta de verdad!”

...Ay. Cómo se nota que llega el verano... y es que tengo las fases anuales tan definidas joder! Odio no poder ir más al circo, odio no tener tiempo ni dinero, odio sentirme atrapada en una vocación.... resulta irónico verdad... en fin, en la vida hay etapas más raras y menos raras, y estoy en la etapa más rara. Con Sadai canto "Vendo alas que van al cielo..." y mis alitas me las corto yo solita. Yo quiero vivir en el circo! Que esa sea mi casa, que ese sea mi día a día, que entristezca de pena tremenda, que sonría en público y llore al salir, que los aplausos nunca dejen de sonar, que los niños sonrían cuando el circo llegue a su ciudad...

Y es que se me ilumina la vida cada vez que voy al circo. Me siento tan en casa, tan bien. Los siento mi familia sin que lo sean, hablo desde la distancia suficiente como para admirar cada uno de sus gestos y me pongo nerviosa cada vez que veo que voy a hablar con alguno. ¡Ay de mi! Bunbury canta su Freak Show mientras me hierve la sangre de no haberlo presenciado, reafirmo también mi adoración hacia él por adorar al Raluy tanto como yo! Argh, ya no sé ni lo que digo... (Parece esto la Biblia Satánica, donde todas las frases van con exclamaciones.)

Al marchar, con una sonrisa tímida he intentado esbozar...

Hasta el verano en Torredembarra!

(Menos mal que ya queda poco)